En FLAMIN’ HOT, la directora Eva Longoria cuenta la historia de Richard Montañez, cuyo empuje y dedicación le hicieron ascender en Frito-Lay y contribuir a la creación de Flamin’ Hot Cheetos, el snack que revolucionó la industria alimentaria y se convirtió en un fenómeno de la cultura pop mundial.

Montañez nació en un barrio del este de Los Ángeles, de padres mexicano-americanos, a finales de la década de 1950. Estaba dotado de una mente inteligente, un alma ambiciosa y el sueño de una vida mejor. Abandonó la escuela a mediados de su adolescencia -uno de sus mayores pesares- sólo para descubrir que sin un diploma de secundaria o educación universitaria, los únicos trabajos que podía conseguir eran limpiacristales y dependientes de gasolineras. Esto no era lo que quería para sí mismo ni para su futuro.

“En mayo de 2017, conocí a Richard por primera vez después de que me lo presentara un amigo común. Cuando él y su mujer Judy entraron en mi despacho, le pedí que me contara su historia. Cuando terminó, me embargó la emoción porque conecté profundamente con su capacidad de aguantar y superar la adversidad. Me inspiró tanto su viaje que me comprometí a conseguir que se hiciera la película de Richard”.

“Había oído hablar de la historia de Richard a través de artículos en Internet”, dice la coguionista Linda Yvette Chávez, “pero no fue hasta que conocí a Richard y Judy que me di cuenta de que definitivamente no conocía la verdadera historia de Richard: lo que le costó superar reto tras desgarrador reto para hacer realidad su sueño”.

“Mi viaje es el viaje de miles de millones de personas”, dice Montañez. “Siendo mexicano, habiendo nacido en un campo de trabajo, he luchado toda mi vida. No sé lo que es no luchar”. Su perseverancia le valió un puesto de conserje en una fábrica local de Frito-Lay. En el trabajo, su mente inquisitiva quería aprender más sobre cómo se hacían los aperitivos, y sobre las máquinas y la cadena de producción, lo que hizo sospechar a sus compañeros y a sus supervisores. ¿Quién era este hombre que se atrevía a pensar que era alguien que no era y que quería más de su vida?

Mientras sus compañeros le decían que sus posibilidades de reunirse con el Director General eran las mismas que volar a la luna, Montañez quería asegurarse de que sus ideas llegaran a lo más alto. Pasó años trabajando en la fábrica antes de que se le presentara la oportunidad, cuando Roger Enrico, Director General de PepsiCo, visitó la fábrica. Sorprendentemente, este hombre sin educación formal ni formación o herramientas de marketing empresarial consiguió tener un momento cara a cara con el jefe, que quedó lo bastante intrigado como para pedirle una presentación formal.

“No hay duda de que Richard es el padrino del marketing hispano”, explica la directora Eva Longoria. “Ese era su don: ver que nadie prestaba atención al consumidor hispano. Su don no fue hacer una receta en un laboratorio químico. Su genio y su talento y donde se abrió camino fue diciendo: ‘Chicos, hay un enorme segmento de la población en Estados Unidos al que nadie está prestando atención, que gasta dinero como todo el mundo’. Esa ha sido nuestra guía al hacer esta película”.

El resto es historia. Montañez llegó a ser ejecutivo de Frito-Lay y experimentó un nivel de éxito que superó incluso sus sueños más ambiciosos. Se convirtió en un modelo para los mexicano-estadounidenses, que por fin tenían un héroe propio: un hombre de su misma procedencia, raíces y pobreza, que se enfrentaba a la misma discriminación y racismo, y les demostró que el sueño americano puede hacerse realidad.

TRÁILER PELÍCULA FLAMIN’ HOT