Tras reunirse con Richard y Judy, el productor DeVon Franklin se puso en contacto con el guionista Lewis Colick, un escritor con el que había trabajado en un proyecto anterior y que le propuso la historia de Richard. Colick se sintió tan inspirado por la historia de Richard como Franklin y aceptó desarrollar el proyecto. “Desde el momento en que descubrí la historia de Richard Montañez”, dice Franklin, “me inspiró su absoluta determinación para triunfar contra todo pronóstico, y me conmovió profundamente su incesante búsqueda de una vida mejor para él y su familia”.
En la actualidad, Montañez vive con su mujer, Judy, en California, y se ha jubilado de su puesto ejecutivo en Frito-Lay. Tiene una segunda carrera como autor y conferenciante motivacional. Las historias de ricos y pobres forman parte del tejido del sueño americano, pero lo que hacía que ésta fuera única era que sería la historia de un mexicano-americano, una historia que no se había contado antes.
Franklin entrevistó a varios directores antes de sentarse con la actriz, directora y productora Eva Longoria.
“Para mí estaba claro que ella era la directora para esta película”, dice Franklin. “Es reflexiva, está preparada, es comprometida, es amable, es implacable y se preocupa por la gente. Trabajar con ella fue una experiencia fenomenal porque éramos verdaderas compañeros”. Franklin llevó a Longoria a conocer a los ejecutivos de Searchlight y éstos estuvieron de acuerdo en que era la directora perfecta para el proyecto.
FLAMIN’ HOT es el debut de Longoria como directora de largometrajes. Longoria tenía claro que la fuerza y la emoción de la historia procedían de los altibajos, los retos y el éxito de un hombre que nunca se rindió ni se conformó. Esta película trata de la fuerza de la fe y la familia para fortalecer y elevar. “Esta no es una historia sobre el Flamin’ Hot Cheeto”, dijo Longoria. “FLAMIN’ HOT es la historia de la vida de Richard Montañez. Y es una vida fascinante”, añadió. “Ha superado muchas cosas. Podríamos habernos quedado en su infancia toda una película, así de interesante es”.
Longoria estaba de acuerdo con Franklin y los ejecutivos de Searchlight en que una película sobre un héroe mexico-americano debía contar con un reparto y un equipo mexicano-americanos. “Me empeñé en que lo hiciera el grupo adecuado de personas”, dice Longoria, “y en asegurarme de que entendían a la comunidad chicana, a la comunidad mexico-estadounidense. Es una comunidad muy específica y quería chicanos en esos papeles. Tenía que ser real”.
Armada con su apasionada visión, Longoria hizo la propuesta. Según Franklin y Searchlight, lo que le aseguró el trabajo fue su compromiso total con la autenticidad.
Longoria dice que la película no sería posible sin la ayuda y el apoyo de su socio productor Franklin. “Es increíble que mi primera película esté en manos de un ser humano tan cariñoso, compasivo y amable, que me ha apoyado desde el primer día. Él me defendió para conseguir este trabajo y apoyó cada decisión de contratación y casting que tomé”.
Longoria se reunió con la coguionista Chávez después de que ésta hubiera leído y amado su guión para I’m Not Your Perfect Mexican Daughter. Sintió que Chávez era la persona adecuada para dar vida a su visión. “Cuando Eva compartió su mazo y su visión creativa, pensé: ‘¡Así es como quiero que se cuenten nuestras historias!’, dice Chávez. “Eva y yo teníamos una mano corta cuando se trataba de referencias culturales. La historia de Richard significaba mucho para las dos, para DeVon, para Searchlight y, por supuesto, para Richard y Judy. Me tomé el trabajo muy en serio por eso, y no se podía estar en mejores manos teniendo a Eva como directora”.