Película A Good Person

Película A Good Person

En A Good Person, Allison (Florence Pugh) es una joven con un futuro brillante: un prometido maravilloso, una carrera floreciente y una familia y unos amigos que la apoyan. Pero su mundo se desmorona en un abrir y cerrar de ojos cuando sobrevive a una tragedia inimaginable y sale de la recuperación con una adicción a los opiáceos y un dolor sin resolver. En los años siguientes, es la improbable amistad que entabla con su futuro suegro (Morgan Freeman) la que le da la oportunidad de recomponerse y seguir adelante con su vida.

La cuarta película del director y actor ZACH BRAFF (la premiada Garden State de Sundance, serie Scrubs), A GOOD PERSON cuenta con un extraordinario reparto y la fotografía del ganador del Oscar© MAURO FIORE (Avatar, Training Day, Southpaw, Spider-Man: No Way Home).

A Good Person escrita y dirigida por Zach Braff. Protagonizada por Florence Pugh, Molly Shannon, Chinaza Uche, Celeste O’Connor y Morgan Freeman. Producida por Zach Braff, Pamela Koffler, Florence Pugh, Christine Vachon, Christina Piovesan y Noah Segal. Productora ejecutiva, Beverly Rogers. Director de Fotografía, Mauro Fiore, ASC, AIC. Diseñadora de producción, Merissa Lombardo. Montaje, Dan Schalk, ACE. Música: Bryce Dessner. Supervisores musicales: Lauren Fay Levy y Bryan Ling. Diseñadora de vestuario, Tere Duncan.

TRÁILER PELÍCULA A GOOD PERSON

Llevar a la pantalla una historia que aborde las complejidades éticas y emocionales de la vida contemporánea -especialmente en una época tan llena de confusión y desconexión como los últimos años- requiere sentir lo triste, lo difícil y lo trágico, así como las cosas humorísticas y humanas que nos conectan a todos.

Esa es la especialidad del guionista y director ZACH BRAFF, cuya humanidad y empatía como narrador ha sido una seña de identidad desde su debut como director, Garden State (2003), que le llevó de protagonizar y dirigir la exitosa serie de televisión Scrubs al éxito en el cine independiente. En su más reciente película, A GOOD PERSON, Braff crea una película sobre personajes complicados que se esfuerzan por superar la tragedia mientras se enfrentan a sus defectos personales y buscan la redención y el perdón, y que intentan reír y amar a pesar de todo.

Allison (interpretada por la nominada al Oscar® FLORENCE PUGH – Mejor Actriz de Reparto, Mujercitas 2019) es una joven a punto de casarse cuya vida se convierte en adicción y confusión después de que el coche que conduce se ve involucrado en un accidente mortal que mata a sus futuros cuñados. Daniel (Morgan Freeman, ganador de un Oscar® al mejor actor secundario por Million Dollar Baby, 2004) es un ex policía de Nueva Jersey y alcohólico en recuperación que iba a ser el suegro de Allie antes de que se cancelara su compromiso con Nathan (CHINAZA UCHE, Dickinson), el hijo de Daniel del que está separada. Daniel y Allie se conocen por casualidad en una reunión de Alcohólicos Anónimos y comienzan un incómodo pero sanador camino hacia el entendimiento. Cuando Allie conoce a la nieta adolescente de Daniel, Ryan (CELESTE O’CONNOR, Ghostbusters: Afterlife, Freaky), que quedó huérfana a causa del accidente, se dan pasos más difíciles hacia la paz y el perdón.

Pero a medida que Allie -que vive con su madre, Diane (nominada en varias ocasiones al Emmy e icono de Saturday Night Live, MOLLY SHANNON, The White Lotus, The Other Two, Enlightened), que tiene su propia dependencia de los analgésicos y las pastillas- se da cuenta de que su necesidad de analgésicos es cada vez más intensa y de que su capacidad para tomar decisiones se ve afectada, esta historia de redención, amistad y valentía aborda otros temas de la vida contemporánea.

“Quería abordar el dolor y la adicción, y una historia sobre gente que se levanta después de una tragedia”, dice Braff. “Y quería encontrar la forma de abordarlo con algo de humor y corazón”.

“Estaba ansioso por explorar esa idea, y escribir una historia sobre cómo seguimos adelante”, continúa Braff. “También quería escribir sobre cómo a menudo las personas que nos guían en la vida, o nos salvan de nosotros mismos, no son necesariamente las personas que esperarías que desempeñaran ese papel para nosotros. Eso es lo que me ha pasado a mí”.

Las experiencias de Braff conforman gran parte de A GOOD PERSON, incluida la pérdida de varios amigos y familiares desde 2020, dice. “Escribí este guion en el transcurso de la pandemia, durante la cual, como todo el mundo, me sentía confuso y asustado. En los últimos cuatro años, he perdido a gente cercana a mí: un amigo y el hijo de otro amigo a causa del COVID; mi padre; mi hermana; y, recientemente, alguien que se quitó la vida, lo que ocurrió después de que escribiera el guion, pero que se sumó a todos estos sentimientos presentes en mi conciencia”.

“Quería escribir sobre el duelo y, especialmente, sobre cómo la gente puede aprender a levantarse tras el duelo”, explica Braff. “Quería escribir no sólo sobre mi dolor, sino sobre la gente que he observado que ha estado al frente de la tragedia y cómo al principio les parecía imposible seguir adelante. Pero luego fueron capaces de ponerse en pie, luego dieron pasos adelante y poco a poco volvieron a funcionar”.

Dice Pugh: “Todos sabemos cuándo estamos siendo lo mejor de nosotros mismos en nuestras vidas, y quién nos convirtió en eso. Al leer el guion de Zach, me incliné por la idea de que Allison no quería ir allí, no quería recordar lo buena que era su vida antes del accidente. Algo con lo que sentí la necesidad de conectar en cuanto al personaje era que Allison sintiera -y, en cierto modo, disfrutara- el dolor y la pérdida de lo que una vez tuvo, como una forma de pago autodestructiva. Intenta sentirse, de algún modo, peor para sentirse mejor”.

A GOOD PERSON también aborda el modo en que la gente puede acceder fácilmente a los opiáceos, y volverse dependiente de ellos, para adormecer el dolor físico y emocional. El dolor que esto ha provocado en estadounidenses de todo tipo forma parte del tapiz de la película, al igual que la prevalencia de otros tipos de adicción, y la importancia de grupos de apoyo como Alcohólicos Anónimos.

“La mayoría de la gente conoce a alguien en su vida que ha luchado contra la adicción”, dice Braff. “Sentí que la adicción y la crisis de los opiáceos afectaban a muchas familias, y si no son los opiáceos, es el alcoholismo o algún otro medio de supervivencia. Creo que la gente ha luchado mucho, sobre todo durante el duelo y la pandemia. Cuando la gente sufre una tragedia, a menudo recurre a la adicción como forma de superarla. Y cada uno puede ser adicto a cosas diferentes. Pensé que la combinación de la pandemia y la superación de mi propio dolor, y la crisis de los opiáceos llegando a un punto álgido, me parecía una historia tan americana sobre la que escribir”.

La dinámica de Alcohólicos Anónimos, sus padrinos y los pasos hacia la recuperación se ven a través del encuentro de Allison con una reunión en la que está Daniel. Se encuentran allí por casualidad, pero Daniel siente que es una parte continua de su batalla de décadas contra el alcoholismo que se pone a prueba de nuevo por la pérdida de su hija, cuyo hermano era el antiguo prometido de Allison, Nathan (CHINAZA UCHE). “Trata de dos familias que intentan vivir su duelo a solas, pero el destino, por así decirlo, encuentra la forma de que lo vivan juntos”, dice Braff.

“Mucha gente a la que quiero ha pasado por Alcohólicos Anónimos”, continúa Braff. “He ido a reuniones con gente a la que quiero y, mientras escribía el guion, consulté con profesionales. Durante el rodaje, teníamos en el set a una representante que estaba muy implicada en el programa y en el movimiento de recuperación, y yo me ponía en contacto con ella cada vez que ocurría algo relacionado con la recuperación. Quería asegurarme de no equivocarme y de honrar a esa comunidad que salva tantas vidas cada año”.

La pandemia proporcionó un punto de detonante inmediato y claro para la inmediatez del duelo, dice Braff, que perdió a un buen amigo al principio de la pandemia, en 2020: “La gente ha salido de esta pandemia sintiendo como si todos hubiéramos vivido una tragedia gigantesca, y algunos de nosotros hemos estado en primera línea y realmente hemos perdido a alguien a causa de ella. He tenido experiencias no sólo de perder a alguien, sino también de conocer a las personas más cercanas y ver cómo intentaban gestionar su duelo”.

“Espero que ésta sea la película con la que todos podamos simpatizar, llorar y lamentarnos”, dice Pugh. “Hemos vivido tres largos años de pérdidas. Podríamos ser cualquiera de estos personajes. Podemos dar dolor y podemos sufrir, y todo sigue siendo doloroso. Pero la empatía y la amabilidad llegan muy lejos”.

DRAMA, CASUALIDAD Y PERSONAJES COMPLEJOS

Los cambios que se producen en la vida en fracciones de segundo, la forma en que las cosas pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos, fascinan a Braff. Las películas del guionista, director y actor, como Garden State, Wish I Was Here y Going in Style, se centran en personajes que intentan encontrar sentido a la disparidad entre el camino que han tomado y el que creían seguir.

“Conecto con la expresión: ‘La gente planea, Dios se ríe’. Es una especie de tema en mi trabajo; si lo piensas, Garden State trata en realidad de un accidente relacionado con un trozo de plástico de 1/4 de pulgada en el lavavajillas”, dice Braff. “Me fascinan las vueltas que da la vida. Cosas como, si no te hubieras olvidado las llaves y hubieras vuelto a por ellas, ¿qué habría pasado?”

“En la película, en el momento del accidente, Allie no estaba haciendo nada malo, en realidad – tuve mucho cuidado en la dirección y la escritura para mostrar que ella no está haciendo nada atroz en su teléfono, no está en las redes sociales y no está enviando mensajes de texto”, dice Braff. “Quería que estuviera haciendo algo que mucha gente, incluso gente que tiene cuidado con sus teléfonos mientras conduce, suele hacer: Simplemente se ajustaba y miraba el mapa. Toda su vida cambia en una fracción de segundo porque consultó la aplicación de mapas”.

La película hace un cuidadoso trabajo de presentar cada aspecto de su drama con equilibrio, mientras los personajes de Allie y Daniel examinan lo que les ha llevado al punto en el que se encuentran, y lo que significa seguir adelante.

Dice Braff: “Daniel sólo quiere que Allie asuma la responsabilidad del accidente. No quiere que vaya a la cárcel ni que sufra ningún daño, sólo quiere que deje de culpar a los demás”.

“Pero lo bonito de su amistad final es que, debido a estas circunstancias, dos personas que nunca habrían conectado se salvan mutuamente de sí mismas”, dice Braff. “Daniel tiene un gesto precioso al llevar a Allie de vuelta a una reunión de alcohólicos anónimos cuando ella quiere marcharse. Él sabe lo difícil que es llegar a esa puerta. Es un buen hombre, y un hombre de fe, y cree que Allie merece la redención”.

PUGH Y FREEMAN: EN EL MISMO CAMINO

Braff trabajó por primera vez con Florence Pugh en un cortometraje de 14 minutos que dirigió en 2019 titulado In the Time It Takes to Get There protagonizado por Pugh y Alicia Silverstone y que fue rodado por el director de fotografía de Avatar ganador del Oscar® Mauro Fiore (The Equalizer, X-Men: Dark Phoenix). El corto formaba parte de un concurso patrocinado por Adobe, en el que los cineastas debían crear y filmar ideas de carteles de películas de estudiantes universitarios.

“Fue un encargo muy interesante de Adobe”, explica Braff. “Organizaron un concurso gráfico para que los universitarios diseñaran un cartel de cine y, a partir del cartel ganador, escribí y dirigí un cortometraje inspirado en él. Se me ocurrió una idea que era una especie de sátira sobre cómo sería si un influencer de las redes sociales viviera en 1865, con Florence como protagonista”.

“Salió muy bien, y el director de fotografía Mauro Fiore normalmente no hace películas pequeñas – justo antes de A GOOD PERSON, hizo Spider-Man: No Way Home! – pero habíamos congeniado en el rodaje del cortometraje, y en mi mente rondaba la idea de hacer algún día algo con este equipo de ensueño formado por Florence y Mauro”.

“Definitivamente escribí la película para Florence”, añade Braff. “Creo que es una actriz increíble, un fenómeno”, dice Braff. “Participó en el guion desde el principio, leía los borradores y me daba su opinión, y tenía ideas muy concretas sobre su personaje. Me la imaginaba diciendo los diálogos cuando escribía el guion; escribía con su voz, y era emocionante verlo. Fue idea suya que Allie se cortara el pelo al principio de la película, lo que fue una pesadilla para el calendario de producción, pero lo solucionamos, y menos mal que lo hicimos: es un personaje muy interesante”.

“Es un fenómeno de la interpretación”, dice Braff. “Cuando Florence está en el personaje, creemos que Allie está teniendo estos pensamientos y emociones y experimentando la historia por primera vez, y nosotros somos testigos de ello”.

Dice Pugh: “Zach escribe personajes tan humanos y tan crudos que, aunque no hayas vivido la vida del personaje, siempre puedes encontrar una forma de entender cómo piensan y sienten, lo cual es un verdadero regalo de un escritor a un actor. El sentimiento de dolor y culpa de Allie fue algo a lo que intenté agarrarme -evitar la autoayuda es algo que todos sufrimos, y esa fue mi primera vía para entenderla”.

Además de actuar, producir y dar su opinión a Braff sobre su personaje, Pugh también escribió e interpretó canciones originales que Allie canta en distintos momentos. Las evocadoras interpretaciones de Pugh al piano complementan maravillosamente la rica partitura de la película, obra de Bryce Dessner, de la banda The National. Las anteriores partituras de Dessner incluyen Bardo, de Alejandro González Iñárritu, Cyrano, de Joe Wright, The Two Popes, de Fernando Meirelles, y C’mon C’mon, de Mike Mills.

“Es algo realmente especial”, dice Braff. “Florence escribe música y es una compositora y cantante con talento. En esos momentos de la película, dijimos: ‘Aquí es donde Allie se encuentra en la vida en estos diferentes marcadores para ella: ¿Cuál sería la canción que escribiría y cantaría?’ Y Florence las cantó en directo en el set, sólo ella y un piano».

Florence Pugh dice: “Las escribí como una forma de entrar en la cabeza de Allison. Escribí una como su ‘canción grito de guerra’, algo a lo que acudía cuando estaba especialmente decaída”.

“Para mí, escribir música siempre ha sido una forma de entrar en mis pensamientos y sentimientos, sobre todo cuando no sé cómo hablar de ellos”, dice Pugh. “Me pareció natural escribir como ella cuando intentaba entenderla”.

Junto a Pugh, uno de los nuevos actores más vibrantes y dinámicos de la película, actúa una auténtica leyenda del cine: El ganador del Oscar Morgan Freeman, piedra angular cultural del cine estadounidense desde Driving Miss Daisy hasta The Shawshank Redemption -ambas interpretaciones nominadas al Oscar®-, así como Unforgiven, Se7en, RED, Batman Begins, Invictus, Glory y Gone Baby Gone. Braff y Freeman tenían una fuerte conexión que profundiza A GOOD PERSON.

“Trabajé con Morgan en Going in Style, de 2017, y nos llevamos muy bien; nos hacemos reír mutuamente”, dice Braff. “Sinceramente, no pensé que diría que sí cuando se lo pedí. No hace muchas películas indie de bajo presupuesto: ¡es Morgan Freeman, por el amor de Dios!”

“Cuando la escribí, me imaginaba a una leyenda viviente de la tercera edad, y el personaje de Daniel es un ex policía, así que le imaginaba un cierto nivel de dureza”, dice Braff. “Pensé, se lo enviaré a Morgan, ¿qué tengo que perder? Entonces me llamó un día y me dijo: ‘Me veo a mí mismo en cada página de este guion’. Le pregunté: ‘¿Eso significa que estás dentro? Y me contestó: ‘Estoy contigo’”.

Pugh afirma: “Trabajar con Morgan fue un momento que cambió mi carrera. Fue un sueño interpretativo. Es el actor que todos conocemos tan bien, conocemos cada músculo de su cara. Puedes lanzarle cualquier cosa en una escena y responderá de forma brillante. No hay un solo gesto suyo como actor que no grabes y guardes en tu mente”.

“Morgan es increíble”, dice Braff. “La sutileza, las pequeñas cosas elegantes que hace que son tan pequeñas pero tan impactantes. Es tan cálido y es la personificación del corazón. Además, hacía tiempo que no le veía asumir un papel tan exigente como éste, algo que probablemente él sería el primero en admitir. Este papel exigía mucho de él: tenía que estar mucho tiempo en el set y estar allí en mitad de la noche, con frío, a veces haciéndose el borracho, realmente metido en la maleza. Es increíble”.

EL REPARTO PERFECTO

Alrededor de Pugh y Freeman en A GOOD PERSON hay un reparto que capta la sutileza, el drama y el humor amable de la emotiva historia de Braff.

En el papel de Diane, la madre de Allison, Molly Shannon -cuyas dotes cómicas y dramáticas han estado a la vista desde que ella y sus memorables personajes pasaron a formar parte de la historia de Saturday Night Live a partir de 1995- crea el retrato de una mujer que no sabe cómo ocuparse de los problemas de su hija, por lo que acaba permitiéndolos, desestimándolos e incluso utilizándolos para justificar su propio consumo de vino y medicamentos con receta.

En el papel de Ryan, una adolescente cuyos padres murieron en el accidente de coche en el que viajaba Allison, Celeste O’Connor pinta un retrato desgarrador e inteligente de una joven moderna que procesa el duelo con numerosos problemas ya encima, como la amenaza constante de posibles tiroteos en la escuela, compañeros de clase depredadores y el fácil acceso a las drogas.

“Leímos a mucha gente joven con talento y, obviamente, quería que Florence participara en el casting, porque no sólo iba a ser la compañera de Florence en muchas escenas, sino que Florence sabe juzgar muy bien la capacidad interpretativa”, dice Braff. “Hubo muchísimas audiciones increíbles de todo el país, y Celeste es un gran descubrimiento. Todos nos quedamos boquiabiertos, y Celeste y Florence tuvieron una gran camaradería al instante”.

Dice Pugh: “El tiempo que pasé con Celeste fue muy vivo, y era algo que apreciaba a diario. Celeste era alguien con quien iba a trabajar emocionada por actuar, emocionada por saber qué pensaba de una escena, de un momento o de un artículo de prensa. Nunca es difícil crear una conexión en pantalla con alguien cuando tienes eso”.

“La mayoría de la gente conoce a Molly por su comedia, porque es divertidísima, pero es una actriz dramática maravillosa”, dice Braff. “Es una de esas personas que son universalmente adoradas, y yo necesitaba a alguien en la película que pudiera hacer el drama pero también ayudar a proporcionar algo de alivio cómico”.

“El personaje de Molly, Diane, es una adicta funcional: es como mucha gente que no admite cuántas copas de vino se ha tomado, pero así es como sobrelleva su vida, y Allison, la hija de Diane, le echa en cara las pastillas que toma y el vino que bebe”, dice Braff. “Todos nos enfrentamos al dolor y a la depresión a nuestra manera, y yo quería un personaje como Diane en la película, alguien que representa a la gente que no va a Alcohólicos Anónimos pero que permite a la gente hacer lo que se supone que no debe hacer. Diane es testigo del dolor de Allison pero esencialmente dice: ‘Nos ocuparemos de eso mañana’. He visto eso en mi propia vida: No queremos que la gente a la que queremos sufra, pero acabamos, por desgracia, permitiendo su comportamiento”.

Braff dice que Shannon -que ha hecho interpretaciones serias recientemente en las series de televisión The White Lotus y Divorce y en películas como Promising Young Woman, Private Life y Me and Earl and the Dying Girl- conectó con los aspectos dramáticos del guion: “Molly está en sintonía con la tragedia en la vida. El primer episodio de Scrubs que dirigí tenía a Molly como estrella invitada, y era un episodio difícil en el que el personaje de Molly perdía un hijo. En su propia vida, Molly ha hablado de un horrible accidente de coche en su infancia en el que perdió a uno de sus padres y a un hermano, así que como actriz fue capaz de aprovechar el material y añadirle capas”.

Chinaza Uche, como Nathan, el ex prometido de Allison, logra varios retos interpretativos en A GOOD PERSON: Cuando se presenta al personaje, es el prometido de Allison, enamorado de ella y de la vida que están a punto de emprender – su química en la despedida de soltera de Allison es contagiosa y sexy. Tras el accidente de coche, Nathan ha seguido adelante después de que Allison pusiera fin a su relación. Cuando ella entabla una inesperada amistad con Daniel, el padre de Nathan, éste se ve obligado a enfrentarse a un padre cuyo historial de alcoholismo y malos tratos le ha dejado cicatrices físicas y mentales. Uche, cuyo trabajo incluye teatro, televisión (Dickinson, The Blacklist) y cine (The Devil Below, Ricki and the Flash, de Jonathan Demme), estaba preparado para los cambios que experimenta Nathan.

“Florence estuvo muy implicada en el casting de Chinaza porque tenían que congeniar rápidamente para que el comienzo de la película funcionara y para que comprendiéramos lo enamorados que están Ali y Nathan”, dice Braff. “Teníamos que encontrar a alguien que tuviera química con ella. Chinaza y Florence leyeron escenas juntas en Zoom y congeniaron. Enseguida se pusieron a bromear. Es tan natural”.

“Es una parte realmente complicada: Chinaza tiene que transmitir mucho en relativamente poco tiempo de pantalla, para que en los primeros 10 minutos te enamores de ellos como pareja antes de que empiece el resto de la historia”, dice Braff. “Tuvieron que meterse de lleno en ella”.

Dice Pugh: “Chinaza y yo cenamos antes de empezar a rodar. Nos reímos, comimos y bebimos y nos aseguramos de entender los buenos momentos de Allie y Nathan antes de actuar los malos. Nos ayudó mucho, porque los dos somos personas tan burbujeantes que nos tranquilizó tener esos buenos momentos como recuerdo antes de ponernos a llorar durante medio día. Sabiendo lo que necesitábamos para suplir todos esos momentos pesados, hizo que fuera aún más desgarrador mantener el contacto visual durante las escenas más tristes”.

ELEMENTOS VISUALES, MAQUETAS DE TRENES, LUGARES SIGNIFICATIVOS

El aspecto cinematográfico de A GOOD PERSON evoca algunos de los grandes dramas domésticos de los años 70 y 80 que tanto gustan a Braff, como la aclamada ganadora del premio a la mejor película en 1983, Terms of Endearment, de James L. Brooks. El director de fotografía Mauro Fiore había trabajado con Braff en el cortometraje In the Time It Takes to Get There, y esa experiencia -y su trabajo que Braff admiraba desde hacía tiempo, incluidas varias películas que Fiore hizo para el director Antoine Fuqua, Training Day y Southpaw- le convirtieron en el Director de Fotografía perfecto para la película.

“Tenía una lista de directores de fotografía y Mauro era el primero. Luego, cuando trabajé con él en el cortometraje, fue genial, un encanto”, dice Braff. “Mauro ha hecho grandes películas, como Avatar y Spider-Man: Sin camino a casa, pero su fotografía es excepcional en Southpaw y Training Day. Ese era el look que buscaba”.

“Me encanta Mauro como persona, es muy humilde, pero me preocupaba que viniera literalmente de una película de Spiderman a la nuestra, y éramos una película muy sencilla con un equipo muy pequeño”, añade Braff. “Necesitaba a alguien que fuera capaz de correr y grabar, que no necesitara un equipo enorme, alguien que pudiera ser valiente, y Mauro tiene eso en él. Entendió inmediatamente lo que yo quería”.

En el sótano de Daniels, en A GOOD PERSON, un elaborado tren rodea una ciudad en miniatura y figuras pintadas a mano: Daniel explica a Allison que, al recrear una versión a escala de su ciudad de Nueva Jersey, Daniel puede imaginar caminos que no se tomaron y una vida que resultó diferente.

Esa nota de gracia, como gran parte de A GOOD PERSON, se basa en las propias experiencias de Braff.

“De niño tenía una maqueta de tren. Era mi juguete favorito; mi madre y mi padrastro me lo regalaron”, dice Braff. “Aparte de los Legos, no creo que hubiera nada en mi infancia con lo que pasara más horas jugando. Tenía figuritas para recorrer la pista, y estaba obsesionado con ello. Así que cuando llegó el momento de escribir el personaje de Daniel, pensé en darle esa afición porque nos ayuda a descubrir más sobre este hombre que vivió una vida dura como policía en Newark”.

“Trajimos a un experto en maquetas de trenes, y él y su equipo no sólo construyeron el tren que instalamos en el sótano de la casa donde rodamos, sino que también enseñaron a Morgan todo lo que necesitaba saber para manejarlo, que es parte del personaje”, dice Braff. “Fue algo emocionante de añadir, porque, entre otras cosas, era una conexión con mi infancia. Me gustó que Daniel creara este mundo en miniatura en el que las cosas habían funcionado exactamente como él había soñado”.

No cabe duda de que el cineasta conocía el mundo en el que estaba ambientando la historia. Braff, nacido y criado en Nueva Jersey, evoca todos los altibajos de su estado natal en A GOOD PERSON, así como los lugares reales donde creció. Es parte de lo que hace de la película una inmersión profunda en emociones y detalles realistas.

“Crecí en South Orange y rodamos por toda la zona”, dice Braff. “Incluso rodamos en mi antiguo instituto -el Columbia High School, en Maplewood- para una escena en la que Daniel habla con el director de Ryan. El estanque de patos donde Nathan se reúne con Daniel para hablar es un estanque al que solía ir de niño; está al lado de mi antiguo instituto. De hecho, tenía un barquito barato teledirigido que ponía en el estanque, así que no sólo llevé a Morgan a mi antiguo colegio, sino que también rodamos en un lugar muy especial de mi infancia”.

“Mi padre falleció hace poco, pero adoraba a Morgan como actor, y sonreiría si supiera que lo llevé a nuestra ciudad natal y a mi instituto”, dice Braff. “Eso añade otro nivel de corazón a la película. Todo está ambientado en el lugar donde crecí”.