Ambientada en una remota isla frente a la costa oeste de Irlanda, LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA (The Banshees of Inisherin) sigue a dos viejos amigos, Pádraic (Colin Farrell) y Colm (Brendan Gleeson), quienes se encuentran en un punto muerto cuando Colm abruptamente pone fin a su amistad. Un atónito Pádraic, ayudado por su hermana Siobhán (Kerry Condon) y el joven y problemático isleño Dominic (Barry Keoghan), se esfuerza por reparar la relación, negándose a aceptar un no por respuesta. Pero los repetidos esfuerzos de Pádraic no hacen más que reforzar la determinación de su antiguo amigo. Cuando Colm le da un ultimátum desesperado, las cosas se intensifican rápidamente y con consecuencias alarmantes.
Searchlight Pictures presenta, en asociación con Film4 y TSG Entertainment, una producción de Blueprint Pictures, una película de Martin McDonagh, LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA. La película está protagonizada por Colin Farrell y Brendan Gleeson —quienes se reúnen con McDonagh luego de Escondidos en Brujas—, Kerry Condon y Barry Keoghan. Entre los principales miembros del equipo de producción se incluyen el director de fotografía y colaborador regular de McDonagh, Ben Davis, BSC; la diseñadora de vestuario, Eimer Ní Mhaoldomhnaigh; el diseñador de producción, Mark Tildesley; y el editor Mikkel E.G. Nielsen, ACE. La banda sonora está a cargo del compositor Carter Burwell. Los frecuentes colaboradores de McDonagh, Graham Broadbent y Pete Czernin, producen la película para Searchlight Pictures y Film4.
La película se rodó en exteriores en las islas de Inishmore y Achill en la costa oeste de Irlanda.
LA RUPTURA
A fines de 2019, el productor Graham Broadbent estaba viajando por Argentina cuando recibió un email de Martin McDonagh, el guionista y director con quien a esa altura ya había colaborado en tres largometrajes, Escondidos en Brujas (2008), Siete psicópatas o Siete psicópatas y un perro, como se la conoció en México y Perú, y Tres anuncios por un crimen (2017). “Lee esto”, le escribió McDonagh en el email.
Durante un vuelo que tomó de Buenos Aires a la Patagonia, Broadbent se sumergió en la historia de LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA. Un mundo que había creado McDonagh: una isla ficticia frente a la costa oeste de Irlanda donde dos amigos se distancian de forma abrupta, lo que desata consecuencias caóticas y nefastas. Tenía todas las marcas del estilo personal del director. Era graciosa, triste, oscura y llena de humanidad: inconfundiblemente McDonagh.
“LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA es la historia de una isla, la pequeña comunidad de gente que la habita, y dos amigos que, al comienzo de la película, por decisión de uno de ellos, se ven forzados a tomar caminos separados”, cuenta el actor Colin Farrell (La langosta, Minority Report – La Sentencia), quien da vida a Pádraic en la película. “Algo que al otro amigo se le hace muy difícil de sobrellevar”.
La historia comienza con Pádraic caminando alegremente por la isla de Inisherin donde vive con su hermana, Siobhán. Pádraic es un tipo dulce, apacible, despreocupado: “Muy parecido al verdadero Colin Farrell,” remarca McDonagh.
Todos los días, Pádraic y Colm se encuentran a las 2 de la tarde a tomar algo en el único pub de la isla. Es una rutina diaria. Sin embargo, ese día todo cambia. Colm, interpretado por Brendan Gleeson (Harry Potter y el cáliz de fuego, Corazón valiente, Pandillas de Nueva York), ignora a Pádraic cuando llega al bar.
“Colm comienza a actuar muy extraño y a evitar a Pádraic”, cuenta Gleeson. “No responde a la puerta cuando Pádraic va a buscarlo. Y así es como empieza todo… con un amigo que le cierra la puerta al otro… sin ningún motivo aparente”.
Pádraic al principio está sorprendido, después golpeado y finalmente, triste. Además esta confundido, ya que Colm no le da una razón del porqué de la ruptura. Estos dos hombres han sido amigos, parece, durante toda su vida.
¿Por qué Colm rompe su amistad con Pádraic?, ¿fue algo que dijo, o hizo, Pádraic? ¿Colm está deprimido? ¿Pádraic debería respetar el deseo de Colm y alejarse? ¿O debería intentar hacerlo cambiar de idea o cambiar él? En los primeros seis minutos de la película, ya está planteada la trama.
“Pádraic no puede entender por qué Colm ya no quiere ser su amigo y no piensa aceptarlo. Es similar a lo que uno siente cuando te abandonan en una relación. Piensas: «¿Pero alguna vez me quisiste, o fue imaginación mía que estábamos enamorados?»”, señala McDonagh. “Es interesante ver con quién se identifica la audiencia. ¿Pueden entender la posición dura que ha adoptado Colm o se sienten identificados con la persona amable a la que le rompieron el corazón?”.
Pero Colm tiene sus razones. “Ya no quiere perder el tiempo”, cuenta McDonagh. “Quiere dedicarse de lleno a su arte: a la música o a la reflexión. Pádraic es un efecto colateral de esa decisión. Hasta ese momento, las cosas habían sido sencillas. Pero Colm tiene 15 o 20 años más que Pádraic. Y ahora para él el tiempo es precioso y ve a Pádraic como una pérdida de tiempo”.
Kerry Condon describe esta caracterización como “una forma inteligente de jugar con esos sentimientos que todos tenemos en lo que respecta al amor de pareja, la ruptura y el rechazo, pero lo hace con dos amigos de manera que incorpora un elemento de comedia”.
“Colm decide que el arte y la creatividad son las cosas más importantes de su vida, y esto acarrea consecuencias nefastas”, señala Gleeson. “Pádraic elige ser amable, pero también termina inmerso en consecuencias horribles. La guerra civil irlandesa fue una tragedia: ese es el contexto aquí. Examinando y tratando de entender cómo las cosas se pueden salir de control, quizás podamos enfrentar la situación y no seguir ese camino. Espero que la película le recuerde a la gente que tomar decisiones crueles o que hacen daño a los demás tiene un efecto perdurable”.
“¿Decides dedicarte por completo a ser un artista –continúa McDonagh– y dejas de lado a amigos, amantes o familia? ¿El trabajo es lo más importante? ¿No importa quién sale lastimado al hacerlo? Es un debate que no es contestado por mí ni por la película. No creo que uno deba flagelarse a sí mismo o ser una persona oscura u odiosa para hacer cualquier tipo de arte, incluso hasta el arte más oscuro. Pero definitivamente creo que la película explora ese interesante dilema”.
EL ULTIMÁTUM
A medida que Pádraic sigue insistiendo a Colm que le dé una respuesta, la situación se agrava. McDonagh explica: “Llega un punto en el que si Colm no hace algo drástico, Pádraic no va a dejarlo en paz. Y amenaza con cortarse los dedos si Pádraic no lo deja solo y le deja tiempo para poder crear”, agrega Gleeson. “Es un poco como una disuasión nuclear. Colm especula: «Si amenazo con hacer esto, no va a suceder». Simbólicamente, está amenazando con destruir su propia capacidad para hacer música. Colm lo ve como un símbolo de su compromiso”.
“Vale la pena apuntar –declara Broadbent (usando una expresión un tanto desafortunada dado el asunto en cuestión)– que Colm es violinista y que su mano es esencial para su actividad creativa”.
Y a partir de entonces, el resto de los isleños se involucran en el conflicto. Uno de ellos es Peadar Kearney, interpretado por Gary Lydon (Brooklyn, Calvario, The Guard), el policía de la isla cuya antipatía hacia Pádraic y su hermana se intensifica luego de la ruptura con Colm.
Dominic Kearney, el hijo del policía, interpretado por Barry Keoghan (Dunkerque, El sacrificio del ciervo sagrado, ETERNALS) “es otra persona a la que le afecta la separación de estos dos hombres”, cuenta McDonagh. Después de un tiempo, ni siquiera el pub ni su dueño Jonjo, interpretado por Pat Shortt (Frank of Ireland, The Guard, Garage) parecen ser seguros para Pádraic.
“En la historia intervienen numerosos personajes, y hay varios hilos que la atraviesan”, explica Farrell. “No se trata de un sitio en concreto. Es la imaginación de Martin que pone en juego ciertos tropos. Pero la historia es esa: dos amigos que de pronto dejan de serlo, y las consecuencias de eso, y cómo esas consecuencias se extienden a toda la comunidad. Hay discordia y locura, pérdida y sufrimiento, y algunas risas en el camino”.
El dilema artístico de Colm tiene su reflejo en Siobhán, la hermana de Pádraic, cuya vida está marcada por la lectura, preparar comidas y estar a solas. Colm quizás representa una lucha que Siobhán acabe por enfrentar dentro de unos años.
“Creo que Colm quizás debió irse de la isla hace tiempo”, advierte Farrell. “No sé si se trata de un fuerte espíritu viajero, o solo está aburrido de la invariable monotonía de todos los días o qué”.
Farrell cree que todos los personajes de la película tienen sus propias luchas internas, tristezas y secretos: “Todos los personajes están tocados. Cada uno está loco a su manera; afloran varios arquetipos juntos que crean un cierto caos… pero no se trata del caos por el caos mismo, o de momentos o temas oscuros solo para provocar o escandalizar”. “Quería que los personajes secundarios tuvieran sus propias vidas singulares”, cuenta McDonagh. “Cada persona en la vida es el protagonista de su propia película así que deberíamos tratar a todos los personajes secundarios de esa manera. A raíz de esta pequeña guerra que se desata entre estos dos amigos, necesitábamos tener un cierto sentido de cómo reacciona la comunidad, cómo lidia con eso y qué lado necesita escoger cada uno”.
Al final, para Gleeson la vida en la isla de Inisherin parece un infierno. “Hay una belleza indiscutible a nuestro alrededor, pero se ha encerrado en sí misma. Algo huele mal en la comunidad”.
LA GUERRA CIVIL
LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA transcurre en 1923, en pleno estallido de la guerra civil irlandesa. La isla ficticia de Inisherin no se ve afectada por la guerra, pero uno siente la tensión del otro lado del mar, en el continente. “Ciertas noches se escucha el ruido de cañonazos y disparos, así que somos muy conscientes en la isla de que hay una guerra civil teniendo lugar”, cuenta Farrell. “Pero también estamos de algún modo a salvo gracias a estar apartados y en un puesto costero remoto”.
La guerra civil irlandesa se libró de 1922 a 1923, tras la guerra de la independencia y el establecimiento del Estado Libre Irlandés, que creó una entidad en una mitad del país, separada del Reino Unido. Dos grupos opuestos, el Gobierno provisional pro-Tratado anglo-irlandés, y la República Armada Irlandesa (IRA) anti-tratado, se enfrentaron para imponer su dominio. Sin embargo, a los isleños de Inisherin no podría importarles menos. “Es gracioso, la gente de la isla parece no querer ni siquiera mencionar lo que ocurre en el continente”, señala Condon. “No les preocupa en absoluto la guerra. Es como que son un pequeño país separado… un pequeño un-poco-de-todo separado”.
Sin embargo, lo que está ocurriendo en Inisherin —la división entre Pádraic y Colm, y las crecientes divergencias entre las otras personas de la isla— es un reflejo de lo que está ocurriendo en el continente. Hay aspectos alegóricos en la división entre estos dos hombres y la división entre ambos bandos en la guerra civil irlandesa, observa McDonagh. “Es una historia en la cual se libra una pequeña guerra entre dos amigos mientras una guerra más grande se está librando allí afuera”.
Gleeson describe la guerra civil como una consecuencia catastrófica que puede surgir de la lucha por la libertad. En el caso del conflicto irlandés, acabó enfrentando a hermanos, y a amigos, entre sí. Históricamente, desencadenó terribles atrocidades.
“Creo que las divisiones que emergen en la isla y la brutalidad de lo que sucede en la película son un reflejo de lo que está sucediendo en el continente. Todos se aferran a sus nimias posturas permitiendo que se exacerben e intensifiquen esas divisiones”, comenta Gleeson.
McDonagh nunca antes había hecho un drama de época y estaba fascinado con la perspectiva de dar vida a ciudades y personajes históricos. “Cuando ambientas una historia en el pasado, eso te abre una infinidad de posibilidades”, comenta.
El hecho de estar ambientada en una época determinada también impide fechar la película con la libertad de una historia moderna. En la película Escondidos en Brujas, el guionista y director intentó no incluir referencias modernas, para crear un entorno atemporal. Tres anuncios por un crimen también parecía tener su propio reloj autónomo. LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA no se ciñe a los límites rigurosos de la historia. En cambio, establece su propia fantasía autocontenida: un lugar mítico, más salvaje que el continente, con una vena de locura que subyace a su estructura.
El título (Banshee en su idioma original) de la película, por ejemplo, hace referencia a una figura fantasmal de la mitología irlandesa que gemía de noche para presagiar que una muerte tendría lugar. “Si escuchaste resonar su grito –señala socarronamente Farrell– ya es demasiado tarde para ti”.
Si bien no está presentada de manera explícita en la película, la señora McCormick, una anciana de Inisherin, interpretada por Sheila Flitton (El hombre del norte), es la encarnación física de una banshee. “Representa a un siniestro perro guardián de la isla que nunca se involucra físicamente en nada, que siempre observa todo desde afuera”, declara Farrell. “Parece tener algún tipo de sabiduría etérea sobre la vulnerabilidad de las personas. ¿Cuáles son sus puntos débiles? ¿Dónde se los puede atacar? Tiene fascinación por la muerte”.
En la historia, la señora McCormick predice que sobrevendrán dos muertes en Inisherin. “Nosotros como espectadores luego debemos averiguar si eso es cierto”, explica Broadbent. “¿Esta chiflada anciana nos está diciendo algo que contribuirá a nuestra trama o son solo disparates?”.
El título también hace referencia a una pieza de música que el personaje de Gleeson compone durante la película. “A medida que se desarrolla y se va develando la historia, Colm va articulando esta pieza de música en su violín”, señala Farrell. “Yo digo que no hay banshees en Inisherin. Él dice que quizás las haya, pero que no cree que llamen a los hombres a su muerte. Él cree que solo se cruzan de brazos y observan”.
DEL CONCEPTO AL GUION
El violín de Colm no es el único instrumento que produce melodías en LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA. Los diálogos de McDonagh tienen su propio ritmo interno. “Quieres infundir distintas interpretaciones a estos parlamentos –cuenta Gleeson–, pero las frases tienen una música propia que realza la esencia del hermoso diálogo. Martin es muy claro con su imaginario. Su escritura tiene una belleza y una hondura extraordinarias”. Lydon también describe el guion de McDonagh en términos de música: “Lo importante es incorporar el ritmo del lenguaje”.
La mayoría de los miembros del elenco de LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA son irlandeses, así que son expertos en los giros idiomáticos de McDonagh. “Los guiones de Martin son muy buenos cuando escribe para irlandeses”, observa Condon. “Para mí es fácil interpretar estos parlamentos porque es mi forma de hablar. Martin es de Inglaterra, sus padres son irlandeses, pero él habla con acento inglés. Es un mérito de su oído que logre transcribir tal cual hablamos”.
Keoghan apreció por primera vez el trabajo de McDonagh al ver una producción teatral de The Cripple of Inishmaan. El actor quedó impresionado por la habilidad para equilibrar oscuridad y comedia del autor. “Mientras que muchos escritores mezclan la comedia con la tragedia –señala Keoghan–, McDonagh tiene la habilidad de entretejer los estilos en una misma escena o incluso en una misma línea de diálogo”. El clima puede pasar en un pestañeo de ser desopilante a doloroso o triste, conmovedor o emotivo.
“Me parece sorprendente la velocidad con la que sus escenas pueden cambiar de tono”, señala Farrell. “Es un material tan gracioso –agrega Condon–, pero de repente te estás riendo y te cuela una frase que te desarma completamente. Esa sensación: «Me estaba riendo y ahora estoy completamente conmovido», te hace reflexionar más profundamente. Tiene una inteligencia especial en su forma de escribir, además de que es muy bueno para retratar la bondad y la soledad”. La comedia de McDonagh puede ser oscura, pero nunca es maliciosa.
“Una de las cosas que me encanta de la escritura de Martin es que no tiene malicia”, agrega Farrell. “Algunos de los personajes que presenta al público pueden ser terriblemente malvados y crueles, y algunos de los acontecimientos pueden rebasar los límites de lo macabro, pero nunca detecto ninguna maldad por parte del escritor, de la voz, del creador de eso”.
VIVIR EN UNA ISLA: LOS PERSONAJES DE LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA
Martin McDonagh disfruta trabajar con los mismos colaboradores creativos y el mismo elenco en sus distintos proyectos. En las cuatro películas que realizó junto con el productor Graham Broadbent, recurrió una y otra vez a un mismo grupo de actores. Es un modo de hacer cine inspirado en su época en el teatro y también su experiencia en el cine.
Colin Farrell y Brendan Gleeson como Pádraic Súilleabháin y Colm Doherty
McDonagh había querido reunir a Colin Farrell y Brendan Gleeson desde su increíble dúo cómico en su primer largometraje, Escondidos en Brujas (2008). Esa película es recordada con cariño, y al guionista y director le encantó el binomio de ambos actores. Farrell luego protagonizó su segunda película, Siete psicópatas, pero McDonagh pasó años pensando en una dupla adecuada para él y Gleeson en otra historia. Sin embargo, no estaba dispuesto a deslucir Escondidos en Brujas por crear algo precipitado.
“No sé si a ellos les pasaba lo mismo, pero para mí era una preocupación”, dice. “No podía volver a reunirlos y hacer algo que no estuviera a la altura”. Y no fue sino hasta que dio con la idea de LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA que el reencuentro estuvo listo para tener lugar. McDonagh creó los personajes con Farrell y Gleeson en mente; y los actores estaban deseosos de sumarse al proyecto. “Como actor – dice Gleeson–, siempre estás buscando a alguien que tenga una voz única, una forma original de articular las ideas y sentimientos y de crear personajes y mundos enteros. Es fabuloso cuando te topas con un guionista que crea un mundo con su propio orden y su propio sentido estético. La voz de Martin puede ser extraordinaria”. Gleeson describe a McDonagh como un autor intrépido. “Acaba por adentrarse en estos lugares horribles, munido de empatía y compasión”.
Para McDonagh, Farrell y Gleeson exploran esa autenticidad sin rehuir de la oscuridad. Son actores cómicos que no buscan hacer reír. LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA es triste, pero con momentos cómicos. Escondidos en Brujas permitió a Farrell y Gleeson desarrollar una química. Esa misma química se manifiesta en LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA, aunque con personajes muy diferentes.
La familiaridad y la amistad que une a los actores en la vida real le da mayor credibilidad a la historia. “Los miras y crees absolutamente en su historia”, apunta Broadbent. “Crees que pueden haber sido amigos durante muchos, muchos años, y eso lo hace aún más triste”.
Desde sus primeros papeles en Tigerland hasta Miami Vice, El sacrificio del ciervo sagrado, y Batman, Farrell siempre ha sido una presencia singular en la pantalla. Pero para él, los proyectos de McDonagh son diferentes a cualquier otro. El ADN en común entre Escondidos en Brujas, Siete psicópatas, y ahora LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA radica en la articulación de ideas, pensamientos y emociones de McDonagh, y el punto de encuentro entre la comedia y la tragedia.
Condon, que interpreta a su hermana, dice de Farrell: “Pádraic requería una cualidad infantil para hacer que la comedia funcionara. Tenía que demostrar con genuina sinceridad que le rompieron el corazón porque dice algunas cosas un poquito ridículas y tontas. Pero no podía ser demasiado chico como para que uno llegara a preguntarse: «¿Por qué Colm era amigo suyo?». Así que tenía que ser un poquito más grande para que uno pudiera creer que él y Brendan podrían haber sido amigos”.
“Pádraic es un buen tipo”, explica Farrell. “Un tipo bueno, simple, al que no le preocupan demasiadas cosas. Mientras los animales estén alimentados, y él tenga algunos centavos en el bolsillo para poder tomarse unas cervezas y conversar con su amigo Colm todos los días, está contento. Mientras todo eso suceda, la vida para él es sencillamente estupenda”.
Cuando Colm le pone fin a su amistad, a Pádraic le sobreviene una gran tristeza, soledad y enojo. “La pérdida de su inocencia es la parte más triste de la película”, continúa Farrell. “Pádraic se desmorona. No logra en ningún momento volver a ser lo feliz que era”.
Gleeson, quien es oriundo de Dublín, la ciudad natal de Farrell, es uno de los actores más exitosos de Irlanda. Además de por la película Escondidos en Brujas, es reconocido por su papel como Alastor “Ojoloco” Moody en las películas de Harry Potter, Corazón valiente, The Guard, y Calvario, dirigidas por el hermano de McDonagh, John Michael McDonagh. Gleeson estaba deseoso de volver al ruedo con Farrell.
“Siento una gran admiración por Colin”, señala Gleeson. “Me gusta su forma de conducirse en la vida.
Su instinto e integridad son maravillosas. Lo considero un muy buen amigo. Expresa abiertamente sus sentimientos, y trae eso a la interpretación”. Farrell coincide: “Quiero mucho a Brendan. Siento una gran admiración y respeto por él; es activo, comprometido, brillante, respetable, fuerte, vulnerable, todo eso. El péndulo oscila de un extremo al otro con Brendan, de la ternura de la que es capaz hasta la furia divina que puede llegar a irradiar de ser necesario. Siempre está queriendo profundizar, haciéndose las grandes preguntas”.
En la historia, Colm es un músico que está componiendo su obra maestra en violín. En la vida real, Gleeson también es un músico consumado que interpretó música en otras películas, incluidas El precio de la libertad y Regreso a Cold Mountain, y en escenarios musicales de toda Irlanda. “Colm tiene una mente curiosa y es un poquito intenso”, explica Gleeson. “El violín se ha vuelto más importante para él porque su mortalidad comienza a pesarle. Sin ningún motivo en particular, estima que le quedan 12 años. No está enfermo, pero sabe que su tiempo es finito y quiere dejar un legado. Su arte se vuelve su prioridad principal”.
“Brendan tiene una firmeza, pero a la vez una amabilidad, similares a las de Colm”, destaca Condon. “Y va a buscar todas las sutilezas del personaje e interpretarlo con todos esos matices, para él nada es blanco o negro”.
Gleeson continúa: “Pádraic solía proporcionar como un salvavidas a Colm con su alegre disposición y ese no pensar tanto las cosas. Forman una extraña pareja. Y también está la ingenuidad de Pádraic. Colm tiene una mentalidad bastante sofisticada. Pero como en toda relación, las cosas que más te desafían al principio son las cosas que te enloquecen al final”.
Kerry Condon como Siobhán Súilleabháin
Pádraic comparte su casa con su hermana menor, Siobhán. Sus padres fallecieron hace ya casi ocho años, así que nadie más vive con ellos, salvo Jenny, la burrita miniatura que es la mascota de Pádraic, y a quien Pádraic está constantemente metiendo a hurtadillas en la casa. Ambos hermanos son muy unidos, así que cuando Colm comienza a rehuir de Pádraic al principio de la película, Siobhán también está perturbada.
Siobhán es, quizás, la voz más sabia de la isla. Es consciente de las limitaciones de esta comunidad. Y esa mirada hacia adentro y actitudes de resentimiento que tiene, acabarán por arrastrarla. Siobhán tiene ambiciones que trascienden la isla, pero también sabe perfectamente que Pádraic la necesita.
“Siobhán sufrió mucho así que hay una cierta tristeza y soledad en torno a ella. Está atascada”, dice Condon. “Pádraic la vuelve un poquito loca, como todo hermano, pero ella es más bien maternal con él”.
“Dice las cosas como son, como tal vez sólo una mujer puede hacerlo”, continúa Broadbent. “Su voz, su sabiduría y gran corazón te llevan más allá de la isla y en una dirección nueva. Adora a su hermano, aunque él quizás no sea la persona más inteligente”.
Así como McDonagh escribió los papeles de Pádraic y Colm expresamente para Farrell y Gleeson, también escribió el papel de Siobhán específicamente para Kerry Condon. La actriz irlandesa es conocida por su trabajo en Better Call Saul, Ray Donovan, SPIDER-MAN: DE REGRESO A CASA y CAPITÁN AMÉRICA: GUERRA CIVIL, Las cenizas de Ángela y Dreamland.
“Kerry y yo trabajamos juntos en el teatro así que nos conocemos desde años”, cuenta el guionista y director. “Además interpretó un pequeño papel en Tres anuncios para un crimen, que fue escrito con ella en mente. No hay nadie más que hubiera podido hacerlo”.
McDonagh trazó a Siobhán y Colm como cortados por una tijera similar. El guionista y director señala: “Se entienden mutuamente más de lo que ninguna otra persona de la isla puede hacerlo. Brendan y Kerry sintieron eso al leer el guion”. Condon agrega: “Son almas afines, profundos pensadores, y ambos piensan más allá de la isla”.
Farrell describe la interpretación de Condon como brillante. “Es tan emocional y tempestuosa, pero a la vez tan sensible. En su papel de Siobhán esconde un sufrimiento en su interior que no deja ver… una necesidad, un deseo que guarda dentro de ella. Hay una parte de su alma que no está siendo atendida”.
Shortt estaba encantado de trabajar con Condon. Ambos proceden de Thurles, una localidad del condado de Tipperary, en Irlanda. Shortt señala: “Tiene una forma hermosa de interpretar sus papeles, y puedes ver cómo se adapta al trabajo de Martin”.
Barry Keoghan como Dominic Kearney
McDonagh también tenía a Barry Keoghan en mente al escribir su personaje. El actor trabajó con Farrell en El sacrificio del ciervo sagrado, y ambos actores intervinieron en Batman. Entre otros de los créditos de Keoghan se incluyen la película de Christopher Nolan Dunkerque y la película de Marvel ETERNALS.
Keoghan deseaba tanto trabajar con McDonagh que tenía una foto del guionista y director en la pantalla de inicio de su smartphone. Cuando fue a reunirse por primera vez con McDonagh en Nueva York, pensó: “Será mejor que saque esto, pensará que soy una suerte de pervertido”. Según Broadbent, “Barry sobresale de una manera que jamás hubieras imaginado y le da vida a cada rincón e impulsa la escena de una manera extraordinaria”. Farrell concuerda: “Barry es brillante, sencillamente tiene un fenomenal talento nato”.
Dominic es el hijo del policía de la isla de Inisherin. Gleeson describe al personaje como con algo del tonto de Shakespeare o el bufón de la corte, pero su sabiduría y mirada sobre lo que ocurre es la más clara de todas. No tiene mucho tacto, no está muy bien, y en ciertos aspectos es un personaje trágico. Es el típico chico que suele ser menospreciado por la comunidad, cuya mirada los ve realmente por lo que son”.
Condon describe al personaje como “inteligente en su forma inocente e infantil. Está enamorado de Siobhán, pero ella es la única chica en kilómetros a la distancia”.
Dominic no tiene una relación feliz con su padre, Peadar Kearney, explica McDonagh. “Es una relación abusiva. La madre ha desaparecido y no sabemos a dónde se fue. El policía no es, ni de cerca, la persona más amable del mundo. Así que Dominic carga con mucha de esa tristeza y horror, como solían cargar muchos niños de Irlanda en el siglo pasado”.
McDonagh continúa: “Hay una integridad en Dominic y algo cinematográfico que quería explorar. Es como el mejor amigo de Pádraic, sacando a Colm, y quizás no sea el más listo de toda la isla. ¿O sí? ¿Deberíamos juzgar a las personas sin conocer su vida privada o cómo son realmente? Barry lo interpreta de un modo maravilloso, cómico y desgarrador”.
Gary Lydon como Peadar Kearney
El padre de Dominic, un policía llamado Peadar Kearney, es la ley en la isla de Inisherin. Entre él y el sacerdote, interpretado por David Pearse, McDonagh nos dice algo del Estado y la iglesia como fuerzas dominantes; y no necesariamente fuerzas del bien. El productor Broadbent remarca: “Hay una hermosa escena en la que el sacerdote llega a la isla para el servicio religioso y es recibido en el puerto por el policía. Cuando ambos entran juntos en la iglesia, se genera esa sensación de: «Bien, estas son las dos fuerzas con las que estamos lidiando. Aquí es donde está Irlanda, en ese momento»”.
McDonagh seleccionó a Gary Lydon para el papel. Había trabajado con Lydon en la producción original de The Cripple of Inishmaan y el actor intervino en Six Shooter, el cortometraje de 2004 de McDonagh ganador de un Oscar®, así como también en The Pillowman, otra de las obras de McDonagh. Así que tiene, según sus propias palabras, “una historia con Martin”.
Lydon señala de Kearney: “Es una persona bastante violenta y un tipo peligroso, pero mantiene una apariencia de respetabilidad. Su actitud hacia la comunidad es controvertida, y supongo que también corrupta. Cree que puede hacer lo que quiere”.
Lydon también trabajó con Gleeson en The Guard y Calvario, ambas dirigidas por el hermano de Martin, John Michael McDonagh, y en El precio de la libertad que estaba ambientada en torno a la misma época que LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA.
EL ELENCO SECUNDARIO
La isla ficticia de Inisherin tiene un solo bar atendido por Jonjo, interpretado por Pat Shortt, y su mejor amigo, Gerry, interpretado por Jon Kenny, quien prácticamente vive ahí. Para Broadbent, la dupla proporciona un comentario brillante sobre el declive de la amistad de Pádraic y Colm y su subsiguiente duelo. “Proporcionan una voz cómica. Solo Martin podría dotar de frases cómicas a estos personajes en situaciones tan trágicas. Son nuestros testigos principales de lo que ocurre en esta relación”.
“Jonjo no es un mediador, pero intenta estar presente cuando algunos de los momentos más críticos tienen lugar”, explica Shortt. “Hay una escena magnífica en la que, cuando llega Pádraic, Jonjo le pregunta: «¿Colm no está contigo? Obvio, siempre está contigo». Y luego de repente le entra la preocupación. «¿Por qué no está contigo?» Es una cosa simple, pero de repente, todo está fuera de lugar”.
Shortt (Garage, The Guard) anteriormente había trabajado en las obras teatrales de McDonagh, así que el guionista y escritor desde un primer momento lo tuvo en mente para el papel. “Creo que casi todos en el elenco trabajaron con Martin antes. Todos se conocen. Y hace que sea muy agradable venir al set”, agrega.
“Pat es el barman y Jon es una suerte de compañero/asistente y ambos, en cierta medida, representan a la comunidad de la isla en la historia. Vemos mucho del humor y el horror que tienen lugar en la historia a través de sus ojos”, señala McDonagh.
Esta fue una astuta selección por parte de McDonagh y la directora de casting Louise Kiely. Shortt y Kenny en una época eran uno de los dúos cómicos más famosos de Irlanda, conocidos como los D’Unbelievables. “Esos dos eran tan geniales en nuestras escenas –refiere Farrell– emitiendo sus pequeños juicios y comentarios y marcando el paso del tiempo en la isla”.
Otro personaje que encierra algo inusual e intrigante es la presencia de la Sra. McCormick. Sheila Flitton (El hombre del norte) fue seleccionada para el papel, otra excolaboradora de McDonagh.
Unas semanas antes de comenzar a rodar, Flitton, quien rondaba los 90 años en ese momento, se cayó y se quebró un hombro. “Lo primero que pensé fue: se acabó”, refiere. “Estaba tan afligida. Pero Martin siguió diciendo: «Quiero a Sheila»”. Así que le vendaron el hombro e intervino en la película.
“La sra. McCormick no es de este mundo”, señala Flitton. “No se relaciona con nadie, pero lo observa todo y escucha todo y es un poquito amenazante. Presagia lo que está por suceder y siembra pequeñas preguntas en la audiencia. También es muy inteligente, de un modo un poquito sobrenatural”.
EL RODAJE
El plan de rodaje inicial de LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA quedó desbaratado cuando asoló la pandemia en 2020: todo se retrasó. Pero esta demora fue una ventaja para los realizadores. McDonagh reunió a tres de sus colaboradores —el diseñador de producción Mark Tildesley (Sin tiempo para morir, El hilo fantasma), el director de fotografía Ben Davis, BSC (Tres anuncios por un crimen, Siete psicópatas), y el primer asistente de dirección Peter Kohn (El gran showman, Tres anuncios por un crimen, La La Land)— en una casa en Galway mientras la etapa de preproducción se extendía un año, un período de tiempo inusual para el rodaje de cualquier película.
Tildesley era el único miembro del equipo que no había trabajado antes con McDonagh, pero estaba familiarizado con su trabajo.
Los miembros del equipo pasaron dos semanas juntos, sentados alrededor del hogar, conversando sobre el guion. McDonagh empezó a crear el guion gráfico de cada una de las escenas de la película: un proceso que emplea en cada uno de sus proyectos. “Cuando escribo un guion, todo se centra en los personajes, los diálogos y las situaciones”, destaca. “No hay un foco, en esa instancia, en las imágenes, así que el proceso de guion gráfico es una etapa fundamental a la hora de contar la historia”.
Broadbent señala que McDonagh es el único director con el que trabajó que realiza el guion gráfico de cada una de las escenas mucho tiempo antes de comenzar a rodar. “Ha evolucionado tanto como cineasta, al punto de saber exactamente cómo usar la cámara, los actores y su guion para contar la historia”.
En la casa de Galway, el guionista y director comenzó a imaginar una temática de las películas del Oeste para su película. El equipo miró películas clásicas como La noche del cazador, una película del cine negro de 1955, y se inspiró en el trabajo de John Ford y Sergio Leone. Optaron por los planos de ángulo bajo, entre los pies, de Leone, y las tomas a través de puertas y ventanas de Ford. La época en la que está ambientada LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA: 1923, se prestaba a la idea del western.
“Rodar a través de puertas y ese tipo de tropos johnfordianos fue algo que exploramos en la etapa de guion gráfico”, recuerda McDonagh. “La historia se prestaba a esta idea de dos pistoleros casi solitarios que se enfrentan y desatan riñas en la taberna local”. El equipo se subió a un auto y recorrió largas extensiones, desde Galway y a lo largo de la costa oeste de Irlanda en busca de locaciones para el rodaje. Finalmente, se decidieron por las islas Aran, un grupo de tres islas en la desembocadura de la bahía de Galway formado por Inishmore, la más grande; Inishmaan la segunda más grande, e Inisheer, la más pequeña.
Las tres islas juntas tienen una población total de alrededor 1.200 habitantes, que principalmente hablan la lengua irlandesa. McDonagh conoce bien estos parajes. Si bien él nació en Londres, su madre era de Sligo y su padre, de Galway. De chico, solía pasar tiempo en esta región del país.
Tildesley, que visitaba la región por primera vez, disfrutó empaparse de la atmósfera del lugar. “Para vivir en las islas, la gente construyó muros de roca. Así que tienes este mosaico de pequeñas parcelas recortadas por esos muros que acaban formando este extraordinario patrón antiguo de muros de piedra, que en el guion, Martin describe casi como un laberinto en el que viven estos dos personajes”.
“Inisherin es una isla ficticia, así que yo no quería que fuera un lugar específico”, señala el guionista y director. “Quería que fuera algo más mítico. De manera que exploramos cada una de las islas Aran con eso mente. Inishmore cumplía casi todos los requisitos. Yo había estado allí de chico. Mis padres vivían en Galway, junto a la costa, y desde allí se podían ver las islas Aran”.
La diseñadora de vestuario Eimer Ní Mhaoldomhnaigh (Calvario, The Guard, The Fall) acompañó al equipo en la búsqueda de locaciones. “Yo soy irlandesa, así que conozco estas locaciones y he estado en las islas Aran antes”, refiere. “El paisaje es un personaje importante en la película”.
Los realizadores trataron de encontrar zonas de Inishmore donde no hubiera signos de modernidad: asfalto en la carretera o postes de telégrafo. “Regresamos a la costa que habíamos recorrido originalmente y nos centramos en tratar de encontrar una franja costera virgen”, cuenta el jefe de locaciones Eoin Holohan. El equipo construyó la casa de Pádraic y Siobhán en un área llamada Gort Na gCapall, en Inishmore. “Martin nos llevó a algunos lugares realmente extremos”, cuenta Tildesley. “Nos apartamos unos pasos de la costa y encontramos un lugar para construir la casa junto al borde del acantilado, que miraba hacia un extremo extenso de la isla donde se alza un antiguo monumento llamado Dún Aonghasa. Y que se ve desde la ventana de la cocina de la casa”.
La casa se construyó específicamente, no había nada antes allí, solo campo. Estudiaron el ángulo del sol, el mar y Dún Aonghasa, antes de trazar un cuadrado en el suelo y marcar el sitio de construcción. “Tuvimos que traer la casa, pieza por pieza, en ferry”, cuenta Tildesley. “Queríamos usar artesanos del lugar, así que algunas paredes de la casa son realmente de piedra. Si bien los interiores están hechos de ladrillo enlucido, las paredes del exterior son de piedra del lugar, cortesía de los maestros canteros locales”.
Construir el set de la casa de Pádraic permitió a McDonagh “rodar a través de las ventanas y ver el mar, la carretera de la costa, el campo y la isla”, describe el director. Tildesley diseñó la casa de Pádraic para que fuera más simple que la de Colm. Pádraic es un hombre de campo. Es de una familia de granjeros y lleva una vida sencilla. Siobhán y él viven en esta casa rural familiar que han heredado”.
Condon recuerda: “Pasamos todo un día sencillamente estando en la casa: recogiendo cosas, abriendo armarios, sentándonos en diferentes lugares e interpretando nuestros diálogos. Así que tuvimos un montón de tiempo para sentir como que vivíamos allí”.
Cuando Farrell llegó al set el primer día y vio la casa, le pareció austera pero hermosa. “Tenía todo lo que necesitarías para llevar una vida tranquila. Por supuesto, fuera de cámara teníamos una estufa a gas. En la década de 1920, debe de haber sido muy duro en invierno y uno ya podía hacerse una idea. Pero alzaron la casa en un lugar realmente hermoso”.
EN EXTERIORES: La isla de Inishmore
El rodaje de LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA en la isla de Inishmore tomó tres semanas. Farrell es de Dublín, del otro lado de Irlanda, pero cuando se rodó la película, llevaba 16 años viviendo en Los Ángeles. “Amo el lugar donde nací que siempre llevaré conmigo, me moldeó durante mis primeros años de vida hasta que cumplí 20 años”, señala. “Y luego armé mi hogar en Los Ángeles. Amo ambos lugares de manera diferente”.
Farrell, junto con otros miembros del elenco y de la producción, se embarcó en ferry rumbo a Inishmore. “Fue tan emocionante. La gente allí era magnífica y generosa. Dún Aonghasa, el fuerte prehistórico, asomaba en el horizonte, erguido durante todos estos milenios. Fue bastante extraño y anómalo porque tuvimos un clima hermoso casi todos los días, un clima casi griego”.
Condon compartió con Farrell esta aventura. “Rodar en Inishmore fue una gloria”, declara. “Fue una experiencia hermosa. Espiritual. Los lugares y el paisaje son personajes en sí mismos”.
Junto a la casa de Pádraic y Siobhán, el diseñador de producción Tildesley y su equipo hallaron una vieja cabaña que se convirtió en la casa de Kearney y su violento padre, el policía de la isla. La cabaña estaba en mal estado cuando llegaron, pero le dieron una mano de pintura y la repararon.
Durante sus tres semanas en la isla, Keoghan debió adaptarse a un ritmo de vida más lento. “No había mucho para hacer”, cuenta riendo. Cuando no estaba rodando, se lo podía ver “parado junto al acantilado, o sobre la colina, intentando encontrar señal para enviar un mensaje de texto”.
Por su parte, Lydon, quien interpreta a Kearney, pasó sus tres semanas en Inishmore muy en sintonía con el ritmo de la isla. “Fue idílico. Hay algo en el aire allí, y es un lugar de peregrinaje”. En LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA, Pádraic vive dedicado a su burrita miniatura, su pequeño poni, dos vacas y un ternero. Estos animales fueron reunidos en la casa de Inishmore, bajo la supervisión de las entrenadoras de animales Mary Owens, Rita Moloney, y el entrenador Kenny Gracie. El rol de Moloney, como entrenadora de animales principal, fue hallar animales adecuados para el rodaje. “Primero se me pidió encontrar una candidata para la burrita Jenny”, cuenta. “Cuando Martin conoció a Jenny, se enamoró de ella”.
“Hay una adorable burrita en esta historia llamada Jenny, que es una buena amiga de Pádraic”, señala McDonagh. “Y trajimos una hermosa burrita miniatura para que hiciera su papel. Se llama Jenny en la vida real y es una verdadera mascota. La burrita suele entrar en la casa, Pádraic suele pasar tiempo con ella y salen juntos a caminar. Hay algo dulce en la relación de Pádraic con Jenny”.
Para Gleeson, “Pádraic adora los animales y su pureza. Tiene una relación muy especial con su burrita miniatura. No se le ocurre que a la gente le pueda parecer un poquito extraño, y no deja de hacer entrar a la burrita a la casa”. Muy a pesar de Siobhán, a decir verdad. “La única diferencia entre Siobhán y yo, es que yo sí soy un gran amante de los animales”, señala Condon. “Se me hace tan duro tener que decirle a Jenny que salga”.
En la historia, Colm tiene su propia mascota, un perro. Mientras los cineastas estaban en Inishmore, también buscaron un toro para una escena con el personaje de Gleeson. Algunos de los animales, incluido el toro, la poni Minnie, la vaca y el ternero, eran de la isla. Esto hizo las cosas un poquito más fáciles, porque rodar en una isla trajo aparejados numerosos desafíos de logística. El acceso era complicado y solo había lugar para un carril de tráfico.
Condon sintió un sabor amargo al tener que dejar Inishmore al cabo de tres semanas: “Me robé un recuerdo de nuestra casa, una hermosa tacita vintage. Me fue difícil tener que marcharme”.
EN EXTERIORES: La isla de Achill
Luego de Inishmore, el equipo de producción se enfrentó al nuevo desafío de tener que mudarse a la isla de Achill, a 150 kilómetros del condado de Mayo, para la locación del pub de la isla. Achill está conectada con la isla de Irlanda por medio de un puente, así que eso fue una ventaja; pero si el equipo había creído que trasladar todo a Inishmore había sido duro, llevarse todo y trasladarlo a otra isla fue una verdadera prueba de fuerza de voluntad.
La logística fue intensa. El rodaje en Inishmore concluyó un jueves y el equipo necesitaba tener todo listo para el rodaje en Achill, en la locación del pub. Había un solo ferry que transportaba vehículos desde Inishmore, y el barco dependía del clima para poder cruzar. Cada departamento debía estar preparado, con todo empacado en el puerto esperando a que los fueran a recoger. El equipo de producción llevó a cabo el operativo con precisión militar. “No querría tener que hacerlo de nuevo. Pero lo logramos, con los nervios de punta, exhaustos, pero logramos llegar a tiempo para partir”, cuenta Holohan.
McDonagh describe a la isla de Achill como imponente. Quería “capturar la belleza de Irlanda en la película y apoyarme en eso”. La historia de todos modos es bastante oscura, pero queríamos que las visuales y las locaciones fueran lo más cinematográficas posible”.
La geografía montañosa de la isla impacta en la historia. “Estas imponentes montañas guardan una tragedia detrás”, señala Gleeson. “Fue ilustrativo, en términos de la vastedad de la vida irlandesa, porque las dos locaciones son muy diferentes. Achill tiene montañas enormes, Inishmore no tiene árboles. Sin embargo, en ambas se da una intimidad que es muy real. Fue un sueño poder venir a estos lugares”.
Los dueños de una vieja casa de pescadores en la bahía prestaron su propiedad al equipo de diseño, que la adaptó a las necesidades de Colm. “Cuando entras en la casa de Colm, el interior parece casi como un cuadro de Van Gogh”, destaca Tildesley. “Es amarillo, luminoso. Tiene el piso rojo, que es una vieja tela impermeable de una vela, y el cielo raso es negro. Todos colores fuertes para una película de época”.
Todos los objetos de utilería se confeccionaron o fueron hallados. Colm tiene un gramófono, que data de 1910, que era “prácticamente la Internet” de ese entonces, resalta Gleeson. “Todo su mundo se abrió con ese gramófono”, continúa el actor. “Escucha a Mozart. Un rincón de la habitación de Colm está lleno de instrumentos musicales. Tiene todas estas máscaras y muñecos con tintes diabólicos, que hablan de su curiosidad, pero también del lado más oscuro de su psique”.
El pub es un personaje importante en la historia. “Miramos las mejores películas clásicas del oeste y decidimos que necesitábamos una barra grande y larga”, continúa Tildesley. “Cuando estos dos personajes se pelean, uno va a una punta del bar y el otro al rincón opuesto. Luego el otro va a la parte del primero, y es una disputa constante. Queríamos crear un lugar que fuera simple, pero que contara la historia. Hay una sensación de alarma y opresión y conflicto, así que construimos un techo pesado en el pub que es una analogía de la fatalidad en ciernes”.
Entre otras de las locaciones en la isla de Achill se incluyeron el lago, Lough Acorrymore, y la iglesia de St. Thomas, al otro lado de la isla, en Dugort. Otra locación que se rodó allí fue la tienda de la señora O’Riordan, interpretada por Bríd Ní Neachtain (Dancing at Lughnasa, Ros na Rún, Cré na Cille).
Entre Inishmore y Achill, la naturaleza también juega un papel importante en LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA. Cuando el equipo de producción comenzó el rodaje, recién comenzaba el verano y los días eran largos y soleados. Con el transcurso de las semanas, el clima cambió: empezaron las lluvias y aparecieron los primeros signos del otoño. Esta sensación del cambio de estación se refleja en la historia.
En la majestuosidad plasmada de los paisajes, la belleza de los atardeceres y las tormentas, McDonagh quería crear una de las películas irlandesas más hermosas de la historia. “El verano en Irlanda suele ser bastante duro y lluvioso, pero tuvimos un clima hermoso. Era imponente. Los atardeceres y los cielos eran fabuloso y contribuyeron a crear una obra maravillosa”.
LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA no hubiera sido posible sin la ayuda de los lugareños de Inishmore y Achill. Tildesley trabajó con canteros del lugar. Una compañía local colocó piedras en la carretera para replicar cómo se veía en 1923. La gente de Inishmore ofreció sus caballos y carros para transportar cosas por la isla. En el puerto de Achill, los pescadores locales colaboraron en el proyecto. Los habitantes de Galway vinieron con sus barcos tradicionales, los hooker, para aparecer en pantalla.
Los actores de la película también son efusivos en su elogio al equipo de producción. Keoghan describe a los equipos irlandeses como los mejores del mundo. “Definitivamente te da un sentido de realidad”, señala. “Puedes llegar a veces con ideas un poco estrafalarias, y en segundos te llevan a un plano muy real, lo cual es genial y muy sano. La escala de la película es extraordinaria, pero es un equipo muy íntimo, que lo hace realmente agradable”.
CONTAR LA HISTORIA
Cuando hicieron Escondidos en Brujas, Farrell y Gleeson crearon un tono especial con McDonagh. LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA retoma esa química.
“Martin tiene claro su objetivo”, remarca Gleeson. “Yo he intentado escribir y dirigir al mismo tiempo, y debes ser muy cuidadoso. Escribir y dirigir son dos partes muy diferentes del proceso. Debes separar el proceso de las palabras de cuál es la mejor manera de ponerlas en práctica. Martin escribe con una libertad intrínseca, de manera que escribe a los personajes dejando espacio para explorar en el proceso de filmación”.
En una escena destacada en el bar, Colm está tocando música folclórica con un grupo cuando Pádraic lo confronta por su extraño comportamiento. “El pub genera un sentido de comunidad y proporciona un lugar para que se desarrollen estas historias”, señala Broadbent. “Pádraic está dolido por el rechazo de Colm. Colm está sentado en un rincón y le ha pedido a Pádraic que no le hable. Envalentonado por el alcohol, Pádraic decide no hacerle caso y confrontarlo”.
McDonagh describe esta escena como electrizante. “Es la primera vez en la película que Pádraic le hace frente a Colm. La amenaza de qué es lo que va a ocurrir si Pádraic sigue hablando con Colm flota en el aire luego de su ultimátum. Es una escena emocionante y cambia muchas cosas en la historia”.
EL DISEÑO DE INISHERIN
“Dondequiera que mires, puedes ver un oficio y una pasión increíbles”, describe Farrell. “Desde Tildesley, el diseñador de producción, hasta Davis, el director de fotografía, y los equipos de peinado, y maquillaje… Todos hicieron un trabajo magnífico al diseñar este mundo. Todos hicieron que este mundo cobrara vida con una verdadera pasión por la historia y una verdadera pasión por el guion de Martin. Voy a extrañar eso”.
El director de fotografía Ben Davis (Kick-Ass – Un superhéroe sin poderes, DOCTOR STRANGE: HECHICERO SUPREMO, GUARDIANES DE LA GALAXIA) estuvo al lado de McDonagh a lo largo de todo el rodaje. Davis es quizás más conocido por su trabajo en las taquilleras películas de Marvel, pero LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA le permitió perseguir una visión más naturalista. “Ben es un colaborador brillante”, subraya McDonagh. “Es un apasionado del cine”.
Davis retrató el oeste de Irlanda dándole un carácter hermoso, melancólico y temperamental. Su idea de un gran sábado por la noche, tras haber estado trabajando toda la semana y tener unas horas libres, era subirse al auto con una cámara y encontrar una nueva perlita en la naturaleza que lo rodeaba. Trabajó codo a codo con Tildesley y el departamento de decoración de sets para establecer cómo iluminar los sets.
Las fotografías del oeste de Irlanda de la época eran todas en blanco y negro, pero el equipo de diseño descubrió que los habitantes de la isla de Aran usaban una rica paleta de colores en su entorno y vestimentas: rojos intensos, azules índigos y amarillos ocre.
Tildesley trabajó estrechamente con la diseñadora de vestuario Ní Mhaoldomhnaigh en la paleta de color. La casa de cada uno de los personajes se diseñó con un color en mente. La pared interior principal de la casa de Pádraic, por ejemplo, se pintó de un llamativo verde hierba; y la puerta de entrada de la casa también es verde. La casa de Colm tiene una mezcla de amarillo y rojo.
“Analizamos la paleta de color de cada uno de los personajes para asegurarnos de que estos tonos funcionaban”, refiere Tildesley. “Sabiendo que había un acento verde en la casa de Pádraic, ¿cómo jugarían los colores de la ropa frente a eso? El rojo se ve hermoso sobre el verde. Probamos comparar colores”.
McDonagh no quería hacer un documental o una película de época clásica. Sino que quería crear algo excepcionalmente atractivo a nivel visual. Al no tener que ceñirse a la historia, los diseñadores pudieron enfocarse en una estética visual que solo fuera fiel a la historia de la película. “Es como volver atrás en el tiempo de una forma hermosa pero inquietante”, señala Farrell. “El vestuario y los sets parecen tan vividos y auténticos, todos parecen contener narraciones e historia”.
EL VESTUARIO
Convenientemente, Eimer Ní Mhaoldomhnaigh ya había trabajado en producciones de época ambientadas en Irlanda en la década de 1920, un momento clave en la historia del país, que fue testigo del enfrentamiento entre hermanos en la guerra civil irlandesa. Ní Mhaoldomhnaigh se desempeñó como asistente de diseño de vestuario en la película El precio de la libertad, un biopic acerca de un revolucionario irlandés, y trabajó en una producción para la BBC llamada Rebel Heart, que abarcó el período desde 1916 hasta 1923. Además, diseñó el vestuario de la película de Ken Loach El viento que acaricia el prado, sobre la guerra de independencia irlandesa.
“Para mí, era importante abordar esta película con una mirada y un enfoque nuevos”, reconoce Ní Mhaoldomhnaigh. Cuando ella y McDonagh examinaron fotografías históricas, notaron que la gente se vestía de manera similar. “Martin dijo que no quería que pareciera que todos llevaban un uniforme”, continúa la diseñadora de vestuario. “Así que eso me dio cierto margen para ser más creativa. Al estar ambientada en una isla ficticia, sentí que podía permitirme crear con más libertad”.
Al igual que Tildesley, quería dotar de intensidad a la paleta de color del vestuario, acentuando los colores que se usaban en la época, como las enaguas rojas de las mujeres, pero también explorando con rojos, amarillos, verdes y azules profundos.
“Jugamos con los colores y las texturas”, señala. “Estamos tratando de crear un mundo con el que la gente se pueda conectar. Uno lo ha visto antes, pero hay algo que no está del todo bien. Eso de algún modo le da esa cualidad un poquito aislacionista”. Para McDonagh, el diseño del vestuario es extraordinario. “Traslada de inmediato algo del guion a la película. Puedes ver físicamente al personaje cuando entra en el set”.
Ní Mhaoldomhnaigh y su equipo crearon las prendas para Pádraic, Colm y Siobhán de cero. Pádraic es un personaje vulnerable en la historia y Ní Mhaoldomhnaigh quería que esa vulnerabilidad se reflejara en su ropa. Al estudiar fotografías históricas de la década de 1920 de las islas Aran, notó que los pantalones no eran muy largos, con el corte justo por encima de la bota. Y decidió emplear esto en el diseño de Pádraic.
Diseñar el vestuario de Colm fue más complejo. Colm está persiguiendo sus ambiciones artisticas, pero Ní Mhaoldomhnaigh no quería que tuviera un look bohemio, eso podía ya ser ir demasiado lejos en una isla irlandesa en los años 20.
Lo que es notable, es que Colm es el único personaje de LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA que lleva un sobretodo. Cuando Ní Mhaoldomhnaigh observó las fotografías de 1920, notó que nadie en la costa oeste de Irlanda usaba este tipo de abrigos. Todos llevaban pantalones y chaquetas. Así que creó un abrigo para Gleeson que hacía su silueta imponente al verlo caminar por la playa o saltar por encima de los muros a lo lejos. El abrigo es lo suficientemente liviano como para que flamee con el viento y tiene elementos de las películas del oeste norteamericanas.
Además de su abrigo otoñal marrón, Ní Mhaoldomhnaigh dotó a Gleeson de un sweater de un color verde-alga, y una camisa de lino turquesa. “Estaba pensando en todos esos colores de la naturaleza e intentando hacer que las cosas resaltaran con esos colores”, señala.
“Eimer y el equipo de diseñadores crearon un mundo en sí mismo”, destaca Gleeson. “Antiguamente, el color era importante en la ropa de una persona. Eimer toma eso y lo lleva un poquito más allá, haciendo que los colores estén en sintonía con el diseño, el paisaje y los personajes. Todos los colores son un poquito más extravagantes, más audaces que lo que se ve en la vestimenta de la época”.
Siobhán, y las mujeres que hacen de extras en LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA, llevan un estilo de ropa más tradicional. Condon señala. “Cuando fui a hacer mi primera prueba, pensé: «Será todo blanco y negro y monótono». Pero allí estaban todos estos colores. La diseñadora creó un abrigo rojo con una faja negra para Siobhán. Además tiene un abrigo más arreglado para los domingos y un abrigo de viaje amarillo. Siobhán también usa toques rosa cereza, verde esmeralda y azul marino. Incluso en su casa, vestida con un delantal, el diseño de Siobhán es elegante y pictórico”.
“Escogimos prendas que Siobhán podría haberse confeccionado ella misma y eso demuestra que tiene la mirada puesta más allá de la isla”, continúa Condon. “Se nos ocurrió que algunas de las prendas podrían ser heredadas de su madre. Escogimos cuidadosamente sus alhajas. Era importante que hubiera una historia de fondo detrás de cada cosa”.
Dominic, el maltratado hijo del policía, tiene un look infantil, pero descuidado. “Uno no sabe cuándo fue la última vez que se lavó su ropa”, explica Ní Mhaoldomhnaigh. “Todo su aspecto es un poquito andrajoso y lamentable. En realidad lleva siempre la misma ropa. Pero tiene varias capas —una camisa y un jersey— y lo vemos quitarse algunas de ellas en distintos momentos. No tiene una madre ni nadie realmente que cuide de él. Era importante que su aspecto diera esa impresión”.
Keoghan describe el proceso de prueba de vestuario como crucial en la construcción del personaje. “Una vez que te pones la ropa, si algo no se ajusta o no se ve bien, puede cambiar toda tu percepción del personaje. Pero puede también sugerir algo que no se te había ocurrido y dar lugar a una nueva mirada”.
Ní Mhaoldomhnaigh también disfrutó diseñar el vestuario de la señora McCormick, la anciana de la isla que presagia el destino de los isleños. “Quería que encajara con el resto de las mujeres de la isla, pero también que se viera un poquito aterradora”, señala la diseñadora de vestuario. “Encontré una fotografía maravillosa de unas ancianas que llevaban sus enaguas sobre la cabeza como si fueran una capa. Me pareció genial y se lo mostré a Martin”. Esto inspiró el look de la señora McCormick. Ní Mhaoldomhnaigh incorporó un cinturón tradicional que se usaba en las islas Aran alrededor de la cabeza. Su chal es negro de un lado y rojo sangre del otro.
“Adoro mi traje”, dice Flitton, quien interpreta a la señora McCormick, ocultando uno de sus brazos ya que debe llevar un cabestrillo a consecuencia del accidente. “No me podía mover por culpa del cabestrillo, pero el nivel de detalle es increíble. En cuanto me puse ese traje, estaba de vuelta en 1923”.
CODA
¿Qué se llevará consigo el público de esta historia de ruptura entre dos amigos? Colm rompe su amistad con Pádraic, dejando vulnerable y expuesto a alguien cuya dulzura y bondad lo caracterizan. Colm, un decidido artista y creador, quiere usar su tiempo para crear su obra. En eso radica la agonía de la nueva película de McDonagh. ¿Debería un artista renunciar a todo para perseguir su deseo más profundo? Y si lo hace ¿cuáles son las consecuencias para la gente que lo rodea?
Farrell cree que “el dolor engendra dolor. La ira engendra más ira. La violencia engendra violencia. Los seres humanos hacen cosas terribles. Pádraic está tan dolido que actúa de una forma y hace cosas que de otra manera jamás hubiera hecho. Colm, por la razón que sea, siente una agitación y un dolor, una tristeza, o un enojo o temor que lo lleva a cometer actos deleznables sobre sí mismo”.
“¿Qué significa un gran arte si tratas como basura a los demás?”, se pregunta Gleeson. “¿Vale la pena el sacrificio? Existe esta concepción de que debes estar preparado para sufrir por tu arte. Yo no estoy del todo de acuerdo con eso. Pero creo que Colm, desde su depresivo lugar, se ha convencido a sí mismo de que esto es lo que necesita para demostrar que está totalmente comprometido”.
Más allá de estas preguntas intelectuales que se plantean a lo largo de la historia, hay una espiritualidad contenida en LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA. “El guion de McDonagh es gracioso y tiene un elemento anárquico”, resalta Farrell. “Pero, en el fondo, creo que su trabajo resiste el paso del tiempo porque es conmovedor, y uno se identifica con él. No estamos solo contando la historia de una comunidad de isleños. La película explora temas como la fidelidad, la amistad, la separación, la soledad, la tristeza, la muerte, el sufrimiento y la violencia; estos son sentimientos muy humanos con los que todos nos podemos identificar y que nos tocan a todos, si no directa, al menos indirectamente”.
En su trabajo como dramaturgo, McDonagh ya había ambientado dos obras en las islas Aran, tres islas rocosas en la desembocadura de la bahía de Galway, en el oeste de Irlanda, The Cripple of Inishmaan (1996) y The Lieutenant of Inishmore (2001). Como dramaturgo, McDonagh se ha establecido como un extraordinario artífice de la palabra con historias magníficas y personajes extraordinarios; un escritor que aporta simultáneamente oscuridad, comedia y humanidad a sus historias.
“Creo que encontró en sus películas una voz única, y se hizo un lugar como cineasta, guionista y director”, observa Broadbent. “Martin tiene la costumbre de escribir guiones brillantes y luego tomarte el pelo”.
Una de las cosas que disfruta Gleeson es ir al cine y ver una película sobre la que luego pueda tener una conversación profunda sobre su significado. “Martin tiene la habilidad de mezclar y combinar distintos materiales en sus guiones. No hay un héroe en sus películas. Todos somos héroes y villanos, bueno, hay algunos villanos…”.
McDonagh espera haber creado personajes que el público no haya visto antes. “Se identificarán con algunos y disentirán con otros”, señala. “Es divertida, pero también hay una tristeza que yo quería capturar. Los cineastas no intentan por lo general mandar a los espectadores a sus casas tristes. Pero eso forma parte de esto: una triste verdad acerca de esta historia, acerca de Irlanda en esa época y quizás acerca de la vida”.
TRÁILER PELÍCULA LOS ESPÍRITUS DE LA ISLA
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FICHA
- Escrita y dirigida: Martin McDonagh
- Producida: Graham Broadbent, Pete Czernin, Martin McDonagh
- Productores Ejecutivos: Diarmuid McKeown, Ben Knight, Daniel Battsek, Ollie Madden
- Director de Fotografía: Ben Davis, BSC
- Diseñador de Producción: Mark Tildesley
- Diseñadora de Vestuario: Eimer Ní Mhaoldomhnaigh
- Música: Carter Burwell
- Edición : Mikkel E.G. Nielsen, ACE
- Casting: Louise Kiely