1976, Riviera Francesa. Renée Le Roux (Catherine Deneuve) es la propietaria de Palais de la Méditerranée, un lujoso casino que enfrenta problemas financieros. Dispuesta a todo para que el sitio no sea vendido a su gran rival, Fratoni (Jean Corso), tiene la ayuda del abogado Maurice Agnelet (Guillaume Canet) y su hija, Agnes (Adèle Haenel), para asumir la presidencia del consejo.
Después de la elección, Maurice está decepcionado de no alcanzar una posición prominente en la nueva organización del casino y, debido a eso, deja de asesorar a Renée. No tarda mucho en involucrarse románticamente con Agnes y presentarle una propuesta inusual: votar en contra de su propia madre en el consejo, a cambio de recibir una gran cantidad de dinero de Fratoni.
La joven no soporta su propia traición y después de un intento de suicidio desaparece en noviembre de 1977. Su cuerpo nunca fue encontrado. Treinta años después, Maurice sigue siendo el eterno sospechoso de ese crimen sin pruebas ni cadáver. Convencida de su culpabilidad, Renée lucha para que sea condenado.